Océano Atlántico (19.753862, -51.222698), 27 de agosto de 1744

Una gran marejada introducía un aciago día. El fuerte viento se llevaba cualquier deseo de desmentir rumores sobre aquellos que parten y no retornan. Compasión pido yo para mi enfermo corazón, golpeado por la reminiscencia de mi niñez, pensé que sería mejor para ti. Mi sufrimiento es irremediable, pero no el tuyo, inconsciente y afortunado de no haber conocido las crueldades de este mundo. Mis pensamientos alborotados, paralelos a las olas, sin saber si el remedio iba a quitar la pena de por medio, solo lo descubriría lanzándome al vacío. Morir una vez para no vivir como un muerto.

Birayamb Ndiaye