Truxillo, a 1783
- repensarmargenes
- 5 abr 2023
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Me lancé mar adentro para hacer ver mis ojos lo que llaman Nuevo Mundo, como si encarnase de escudero de Martínez Compañón, quien ahora muéstrase obsesionado con retratar estos sitios. Aguarda nuestro aposento la bella ciudad de Truxillo. El temperamento es cálido y seco, el suelo fina arena. La inmensa fertilidad es, junto al ganado cabrío, la vida de este terreno; matutinamente parten labradores a la siega. ¡Oh, bendito trigo de tierra amada! Mas hablan las lenguas de días oscuros, una sacudida del suelo destrozó cosechas hará un siglo, trayendo miseria. Por gracia de Dios, ya las tierras están sanas.
Don Juan Francisco Santos Lobera

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